Sinceramente, no sabía que hacer una sinopsis era tan complicado. Y deduzco que para un autor, hacer la sinopsis de su novela es aún más complicado. Debes condensar la información en apenas unas líneas, pero dicha información debe ser incompleta, atrayente, que capte la atención del potencial lector. Debes conseguir que, quien la lea, le apetezca quedarse con el libro, que tenga curiosidad por ver qué ocurre. Tienes unas pocas líneas y una oportunidad para que la persona que la lea, piense: "parece interesante". Es como un trailer de una película: debe engancharte sin mostrarte sus mejores cosas. Como decía, muy, muy complicado.
Afortunadamente, he contado con la inestimable ayuda de Gabriel Brandariz, no sólo un muy buen amigo sino una valiosa fuente de ideas, ya que está muy versado en estos temas. Tengo que agradecerle que dedicara parte de su tiempo libre para echarme una mano.
Creo que ha quedado muy bien y, en general, a tod@s aquell@s a quienes he pedido opinión, así me lo han dicho. A partir de la publicación (casi segura para el jueves, 6 de septiembre), veremos si surte efecto. Con un lector desconocido que me consiga, ya estaré más que satisfecho.
Esta semana traerá muchas novedades, no sólo la publicación, sino también otras pequeñas sorpresillas que iré desvelando por aquí. Pero, de momento, me las guardo.
Hoy os dejo con la sinopsis de mi primera novela, Sombras y honor (La espada de la serpiente). ¡Espero vuestras opiniones!
Japón, 1553. La espada del Emperador ha sido robada. En una misión secreta sin precedentes, doce samurái tienen el deber de recuperarla o morir en el intento. ¿El precio de su fracaso? El fin del Imperio.
Y es que la espada es un objeto sagrado, un regalo divino al linaje del Emperador que prueba su posición entre dioses y hombres. Sin ella, no es más que un mortal a quien se puede derrocar.
En un clima de conspiración y luchas por el poder, en el que los honorables samurái y los espías de las sombras juegan un papel fundamental, puede que ésta sea la oportunidad que muchos grandes señores estaban esperando.
Pronto, el Emperador va a descubrir que la línea que separa a sus enemigos de sus aliados es imperceptible. ¿Sabrías tú en quién confiar?
