lunes, 4 de agosto de 2014

Cambios de planes

Generalmente, uno casi siempre traza un plan para cualquier proyecto, sea éste vital o profesional. Es una hoja de ruta para seguir en los próximos días, semanas, meses e, incluso, años. El problema radica en que las circunstancias rara vez te dejan seguir ese camino sin desviarte. Eso es lo que me ha pasado a mí en los últimos meses y aún hoy continúa. El plan ha cambiado.


Mi plan de vida ha cambiado, las prioridades han cambiado, las circunstancias han cambiado. Debo decir que para bien, afortunadamente. Mi plan "literario" (por decirlo de algún modo), también. Agosto y septiembre eran los meses señalados en rojo para desarrollar finalmente la nueva novela, el tiempo en el que iba a viajar a la Jerusalén del siglo XII para desarrollar una historia atractiva e interesante. Pues bien, debo posponerlo.

La razón es muy buena y muy positiva, tanto para mí como la novela. Estaba finalizando la parte de investigación y se me ocurrió escribir a la sede central del Archivo y Biblioteca Magistral de la Soberana Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, Rodas y Malta, en Roma. Una última lanzada más por probar que con la fe de quien espera resultados positivos. Cuál fue mi sorpresa cuando lo que recibí fue una respuesta más que positiva, invitándome a visitar tan noble lugar. Hay, sin embargo, un problema. Su periodo de cierre estival coincide con mi periodo vacacional. Había que buscar otra fecha o renunciar a tan magnífica fuente de información.

No iba a renunciar a ello. No sólo porque mejorará la novela muchísimo. Más allá de la información valiosísima que pueda encontrar, esa visita me permitirá imbuirme en el espíritu de la Orden, me aportará mucho más que datos a la novela. También es una experiencia vital. Como historiador, uno sueña con accerder a documentación escondida o ignorada, a un lugar donde sólo el silencio te acompaña mientras tu mente viaja a tiempos remotos.

No podré viajar a Roma antes de diciembre. Mala suerte. Eso me hace cambiar los planes, pero lo hago con un buen motivo. Hacer mejor a la novela y hacerme mejor a mí mismo. La hoja de ruta cambia y desarrollaré la novela entre diciembre y enero. Un retraso, sí. Para crear algo mejor, sí, pero no únicamente.

Para disfrutar más del camino.

Al fin y al cabo, de eso se trata, ¿no?

¿Y qué haré hasta entonces? He trazado una nueva hoja de ruta. Continuaré investigando por si encuentro información nueva y empezaré con la documentación de la segunda novela de "Los dones de Amaterasu", la gestación de la hermana de Sombras y honor (La espada de la serpiente).

Escribir y leer tienen esas cosas mágicas: poder realizar dos viajes fascinantes a la vez.

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